Esta concesión finalizó en agosto de 2016 y consideró la construcción de un nuevo edificio Terminal de dos niveles y con cuatro mangas de embarque, con una capacidad para recibir un millón de pasajeros al año.
Además incluyó una nueva plataforma para estacionamiento de aeronaves, mejoras a la vialidad interior del aeropuerto y la ampliación de los estacionamientos públicos. Con el desarrollo de esta obra se buscó mejorar los estándares de las instalaciones aeroportuarias y generar una alternativa al Aeropuerto Arturo Merino Benítez, gracias a instalaciones que permiten el aterrizaje de cualquier tipo de aeronave en condiciones climáticas adversas.
La obra fue relicitada y en la actualidad está vigente la segunda concesión.